martes, 11 de septiembre de 2012

De la mala ortografía y otros demonios.


 ¿Se ha preguntado qué tan buena ortografía tiene? ¿cuáles son sus errores más frecuentes? ¿cuál es la causa de ellos? Y si ninguna de las anteriores ha sido su pregunta, al menos, ¿usted se preocupa por conocer una palabra nueva al día, a la semana, o al mes? Son cuestionamientos casi tan importantes como ¿quién soy? y ¿para dónde voy? Nada le abre más puertas que una buena palabra en el momento indicado, una frase correctamente construida… Un texto bien redactado, y le doy unos ejemplos:

En esta era de tecnología donde básicamente, comunicarse ya no funciona por el habla sino por la escritura, no sé quién pensó que lo mejor sería abreviar una palabra, y no obstante una abreviatura no aceptada por la RAE, si no una improvisación atrevida y testaruda de lo que usted, yo y muchos consideramos “se pueda dar a entender” cuál es la palabra, casi una adivinanza. Sí me sigue con la idea, por favor piense si usted en su hoja de vida utilizaría alguna abreviatura inventada o si escribiría como le habla a sus amigos en un partido de fútbol o por el chat de su smartphone. No, ¿verdad? Pero muchos sí, y es más común de lo que uno pensaría, de hecho, usted y yo lo hemos visto, y hemos sentido la imperiosa necesidad de corregir al prójimo cuando reconocemos el error, pero no es una cuestión tan sencilla, pues en la gran mayoría de personas resulta ofensivo, porque al parecer "todo el mundo se las sabe todas".

Yo soy una aficionada de la ortografía y la gramática, de verdad sufro con este mal que a todos nos aqueja, por que muy pocos se atreven a corregirme cuando se hace tan necesario, y muy pocos aceptan una corrección. Así como propuse el problema como tema, también propongo una solución y les tengo unas ideas de cómo corregir al otro sin tener que ser tan directo. (Precaución: No es milagroso, así que no espere que le funcione con todos, lo importante es intentarlo con la persona que usted considere, le presta atención cuando le escribe, si no, no desperdicie su buena fé y plante un árbol por favor.)

1.       Si el ser humano en cuestión escribe mal una palabra, en su próxima oración trate de usar la misma palabra de manera correcta, y por lo menos 3 veces durante su conversación:

·         Hola Juan, ¿viniste a mi casa aller?
·         Hola Pepe, sí aYer fuí a tú casa.

2.       Sí le escribe una abreviatura completamente desconocida, dígale que no entiende; hágalo esforzar un poco y que escriba la palabra correcta.

·         Gvn, ¿k hz ayr?
·         Hola, ¿qué me dices? ¡No entiendo! (insista, lo peor que le puede pasar es que le escriba bien)

3.       Si de pronto la persona le da la oportunidad, diciéndole “cómo se diga, pero me entendiste” es tu gran oportunidad para decirle, sin temor alguno, se dice así.  (Este no es directamente relacionado con la ortografía, pero al menos ayuda a ampliarle el léxico a los que lo rodean.)

·         Está sobre el “cosito” del televisor
·         Sobre la mesa del televisor, o sobre el televisor?


Probablemente lo critiquen, lo tilden de pretencioso, o en el peor de los casos de “sobrador”, no crea que no entiendo que la labor resulta difícil y agotadora, pero vale la pena intentarlo. No pierda la fe ni en la humanidad ni en usted, todavía es posible un cambio, uno que haga la diferencia de inmediato. Todo esfuerzo obtiene su recompensa.  Pero si ninguna de mis recomendaciones le parece, usted podría darle paso a su creatividad e ingeniarse nuevas formas, eso sí, compartiéndola  siempre por favor.



Mi twitter @Lainmarcesible1


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Antes muerta que sencilla.


Una frase bastante conocida y utilizada para las mujeres. Sí, tal vez de difícil entendimiento para los hombres, pues no son palabras nada sensatas para un caballero del común y heterosexual.

Como es normal, me senté a pensar en la frase y en sus utilizaciones, me di cuenta que es multiusos, sirve de justificación a cualquier desengaño amoroso, escudo a las envidias, frase de lucha, descripción de la personalidad, sube el autoestima y sinceramente, podría dar más ejemplos, por que los hay pero con esos expongo mi punto.

Yo, como buena mujer que ha pasado por excelentes, malos y peores momentos, la he aplicado y a mí me funciona, por que me recuerda que el valor que tengo en la sociedad donde tengo que convivir, me lo doy yo, que nadie me dice cómo debo ser, o cómo soy, que antes de que un error me sea evidenciado, yo lo reconozco primero, que no todo lo que pasa de malo es mi culpa, por que las culpas se las dejamos a la Iglesia. Todas cometemos errores, algunos muy graves y otros de casi ninguna importancia pero ninguna debe supeditarse a la opinión pública para empezar a reconocerse, jamás dejar en manos ajenas, la labor de interpretarnos y definirnos.

La definición de la frase, es personal. Ser sencillo para nosotras no es halago, pues nuestra naturaleza es ser complejas y ahí es donde está la belleza, pues la mezcla de tantas texturas, colores y sentimientos son los que generan un color único para cada una. Ninguna mujer que trasciende se caracteriza por ser una más, y ninguna mujer podría pasar por el mundo sin dejar huella.

Si está en el proceso de “autodescubrimiento”, mejor que ignore a lo que no le aporta, llene su vida de buenas personas, así sean pocas y de buenas cosas así no lo parezcan… Es necesario darle el espacio a los antagonistas pero solo para resaltar que antes muerta que sencilla.

miércoles, 25 de abril de 2012

Por la derecha.


Usted realmente se ha preguntado, ¿En qué dirección debe subir y bajar las escaleras en un sitio público? Si la respuesta resulta afirmativa, puedo deducir que es usted de esas personas que si ven algún tipo de señalización que indique la dirección que debe tomar, la acata de manera vehemente, porque la mayoría de personas como usted se jactan de tener una impecable educación, es más, yo creo que usted debe ser de los que corrige a la gente cuando habla, o es de los que no se les ocurre cruzar la calle cuando el semáforo peatonal está en rojo y no vienen carros ¿verdad? Porque es usted un buen ciudadano, sobre todo muy cívico.



Ahora, digamos que por alguna extraña y desconocida razón, usted,  no lo sabe… Bueno, pues es mi deber decirle a las personas que no lo saben y a las que sí, recordárselo. Se sube y se baja por la derecha. Existen flechas que lo indican, probablemente sus papás se lo habrán dicho, en la Universidad a la que usted asiste tan puntualmente debería estar señalizado, y muy seguramente en los centros comerciales donde usted tal vez no frecuenta pero ha ido; en todas partes está, o al menos debería y esto tal vez tendría que ser incluido como ítem dentro de los comportamientos que usted debe adquirir para mejorar su inteligencia vial, porque sinceramente, usted y yo sabemos que es necesario.




Claramente, toda regla tiene su excepción, o al menos eso se dice, pero es que esto no es una regla gente, esto es cuestión de educación y convivencia; en cuanto a eso, lo anterior no aplica. Aunque usted sea la persona más enamorada, (de las que camina tomado de la mano con su pareja) y su fantasía es abarcar todo el espacio público llenándolo de su amor puro y verdadero, pues en las escaleras NO; suéltele la mano a su amado/a, no sea de esos. Ni tampoco sea de los “despistados” hablando por su celular, o ni tan siquiera eso, escribiendo por ahí, y nunca se dio cuenta que iba por el lado equivocado ganándose más de un “piropo” y chocando con todos y cada uno de los seres humanos que tomaron la dirección correcta. Y por favor, así estén solas las escaleras, y sea usted el último ser humano después de un ataque de zombies, suba y baje por la derecha, no le quita nada y le da mucho. Edúquese y ayude a educar, por el bien de la movilidad pública, Amén.